Cuando el viernes anterior, José Manuel me llamo para decirme si le podía acompañar a Enguera, lo primero que hice fue buscar en el mapa donde coño estaba eso, después me puse a preparar la mochila.
El sábado a las 7:30 puntualmente paso a recogerme y en algo mas de una hora de carretera buena nos plantamos en Enguera y desde allí al principio de ruta, era un día húmedo y mirábamos al cielo con desconfianza cuando junto a la carretera vimos a una rapaz desmenuzando la comida, y yo no solo lo miraba extrañado sino que daba vueltas mirando a ver donde estaba la montaña porque allí estaba todo plano y es que bueno yo iba muy desinformado… y lo que íbamos a hacer era un barranco.
A pocos metros y pasando entre dos enormes rocas entre las que casi no cabía mi cuerpo serrano, comenzamos el descenso por un sendero increíble cuando vimos la primera parte del barranco no solo es bonito, sino que además la presencia de estalactitas al aire libre y chorreras de agua y comenzamos a buscar ruta, la ruta no esta en muy buenas condiciones, pero al final encontramos el tramo que en su anterior intento José Manuel no encontré y un poco mas allá almorzamos.